viernes, 2 de diciembre de 2011

HEPATITIS

La hepatitis es la inflamación del hígado, causada casi siempre por una infección vírica, aunque también pueden producirla algunos fármacos, sustancias químicas o tóxicos. Puede ser aguda (de corta duración) o crónica.
La hepatitis aguda es una enfermedad frecuente que la produce una infección vírica, que puede ser virus tipo A, B o C. La hepatitis tipo A se contagia, directa o indirectamente, a través de los virus del enfermo, presentes en las heces, del agua de beber contaminada o a través de las manos de otra persona. La hepatitis tipo B se transmite por transfusiones de sangre contaminada por el virus y por productos derivados de la misma sangre. El virus de la hepatitis C es el causante de la mayoría de contagios causados por  transfusiones.
Los síntomas de infección, sin importar el tipo de hepatitis, al principio suelen ser muy parecidos a los de la gripe, le sigue el color de la piel que se va tornando amarillenta (ictericia). Los pacientes infectados por el virus B o C, un 10 % de ellos padecerá hepatitis crónica, cosa que no ocurrirá en el caso de la hepatitis A.
Los periodos de incubación del virus A, son de tres a seis semanas después del contagio; y los del virus B y C entre unas semanas y varios meses.
Llevando unas medidas estrictas de higiene, en todos los sentidos, son la mejor prevención para evitar un posible contagio.
Algunos alimentos y plantas medicinales contribuyen a desinflamar y regenerar el hígado para que vuelva a recuperar sus funciones.
Fotografías de José Romero.
La "cebolla" (Allium cepa), por sus propiedades antibióticas, desintoxicantes y estimulantes de las funciones metabólicas, resulta muy beneficiosa para los enfermos de hepatitis. La pueden consumir de todas las formas posibles, cruda, hervida, asada o en jugo.
La "vid" (Vitis vinífera), por su poder nutritivo, tonificante, depurativo y descongestionante de los órganos internos, es excelente para todas las afecciones que se producen en el hígado. Hay que consumir sus frutos, o sea, las uvas,en gran cantidad, y también se puede realizar una cura de uvas, que consiste en comer exclusivamente durante 2 o 3 días, de dos a tres kilos de uvas maduras diariamente como único alimento. Para prolongar la cura más días habría que consultar con su médico y conocer su opinión, por si no lo considerase conveniente. No es aconsejable beber zumos envasados por los conservantes químicos que puedan contener.
El "diente de león" (Taraxacum officinale). Tiene propiedades descongestionantes y desintoxicadoras del hígado. Se utilizan las hojas y las raíces (bien limpias). Las hojas se toman crudas en ensalada, aliñadas con aceite de girasol de buena calidad, una pizca de sal y un poquito de zumo de limón. Las raíces troceadas en decocción, a razón de una cucharada sopera en 3/4 de litro de agua y dejar hervir 10 minutos. Tomar tres tacitas al día.
El "manzano" (Pyrus malus). Su fruto, la manzana. Cortar una manzana, incluida la corteza, bien lavada, en 2 o 4 trozos, en medio litro de agua, hervir 10 minutos. Añadir una cucharada de miel y beber todo el líquido por la mañana en ayunas.
La "alcachofera" (Cynara scolymus). Esta planta es una gran protectora y regeneradora del hígado, ideal para el problema que nos ocupa. Tomar infusión de hojas y tallo troceados, bien limpios y libres de pesticidas, a razón de 50 gramos por litro de agua. Tomar 3 tazas al día, si es posible antes de las comidas.

El "cardo mariano" (Silybum marianum). Planta especial para las afecciones hepáticas como intoxicaciones, hepatitis, inflamación, congestión, insuficiencia, etc. Se toman sus hojas en ensalada, siempre que sea en Primavera, porque entonces sus hojas son grandes y tiernas, luego en el verano se estropean y solo quedan sus tallos resecos, y aliñar con aceite de buena calidad y limón. También se toman sus semillas machacadas en infusión, a razón de una cucharadita de semillas por 1/4 de litro de agua. tomar 3 o 4 tazas al día. Atención: Esta planta aumenta la presión arterial, por lo tanto las personas hipertensas deben tomar sus infusiones con mucha precaución.

jueves, 1 de diciembre de 2011

ABSCESOS Y FORÚNCULOS

El absceso es la acumulación de pus en una cavidad interior de la piel. Tiene su origen en una infección por microorganismos (bacterias). El absceso puede reabsorberse o agrandarse, según quien vaya ganando la batalla, si las bacterias o los leucocitos (nuestros diminutos y a la vez grandes defensores de nuestra salud en su lucha contra las infecciones).
El forúnculo es una inflamación cutánea con pus producida por una infección bacteriana en un folículo piloso (donde nace el pelo). Suele aparecer en la parte posterior del cuello y en algunas zonas húmedas por el sudor que pueden ser las axilas y la ingle. Cuando el forúnculo se agrava y se extiende se le denomina "ántrax".

En cualquiera de los dos problemas, tanto el absceso como el forúnculo, la zona afectada se vuelve rojiza, inflamada y dolorosa. A veces es necesario el drenaje, es decir, por medio de la cirugía extraer el pus acumulado y administrar antibióticos ordenados por el médico.
Existen plantas medicinales con capacidad para madurar los abscesos y forúnculos y hacer que el pus salga con facilidad al exterior. También las hay con propiedades antibióticas y cicatrizantes, que ayudan a curar y cicatrizar la herida. Aquí les aconsejamos algunas de las más interesantes.
TOMILLO
CALÉNDULA
El primer consejo es hacer un emplasto con arroz cocido y un poco de miel, y aplicar en la zona afectada, renovándolo cada día. A los pocos días el absceso o forúnculo madura y se abre, saliendo el pus con facilidad. A continuación hay que aplicar en la herida resultante baños y compresas con la infusión de tomillo (Thymus vulgaris), y de caléndula (Calendula officinalis), por sus virtudes antibióticas, antisépticas, antiinflamatorias y cicatrizantes. Sus resultados son especialmente fantásticos.
La "zarza" (Rubus fructicosus). Planta muy útil para curar y cicatrizar los forúnculos  y otras heridas infectadas. Aplicar lavados y compresas con su decocción, y cataplasmas con los brotes tiernos machacados.
La "higuera" (Ficus carica). Los frutos deliciosos de este árbol son excelentes para curar abscesos y forúnculos. Se aplican cataplasmas de higos para favorecer su curación y cicatrización. En algún pasaje de "La Biblia" ya se comenta la curación de heridas con las cataplasmas de higos.
La "equinácea" (Echinacea purpurea). Esta planta es un poderoso antibiótico natural que evita la proliferación de las bacterias, además tiene la virtud de desinflamar y regenerar los tejidos afectados y de cicatrizar las heridas. Aplicar lavados y compresas con la decocción de la raíz triturada de la planta. 30 gramos por litro de agua. En farmacias y tiendas naturistas venden preparados farmacéuticos para uso interno.

Fotografías originales. Autor: José Romero (Naturamigo).


FLEBITIS Y TROMBOFLEBITIS

La flebitis es la inflamación de las venas, que se produce en las varices con venas varicosas y dilatadas; y la tromboflebitis es la inflamación parcial de un tramo venoso, cerca de la superficie exterior de la piel, normalmente causado por la formación de un coágulo en la zona venosa afectada. Los médicos, para los dos problemas, prefieren usar el término "tromboflebitis".

La tromboflebitis a veces aparece como consecuencia de una pequeña herida en una vena, como puede ser una inyección intravenosa, muy frecuente entre los consumidores de drogas inyectables. El enfermo descubre hinchazón y enrojecimiento en la zona afectada, que se vuelve sensiblemente dolorida al tacto, y muy a menudo seguido de fiebre y malestar.
Existen plantas medicinales con propiedades curativas capaces de aliviar y mejorar estos problemas. A continuación les aconsejamos algunas de ellas.
Fotografías de José Romero.
LIMONERO
El limonero (Citrus limonum risso). El limón (furuto) es muy beneficioso para reforzar los capilares venosos mejorando la circulación sanguínea. También hace la sangre mas fluida y evita que se formen coágulos e incluso ayuda a disolver los ya formados. Para los problemas que estamos tratando se pueden tomar el zumo de tres limones por día. Hay que tomarlo diluido en agua y añadiendo un poquito de miel. Dado que el zumo de limón puede dañar el esmalte de los dientes, se aconseja tomarlo siempre con una pajita. Su consumo actúa como preventivo de las hemorroides, trombosis y embolias.
MELILOTO
El "castaño de Indias" (Aesculus Hyppocastanum). Se usa la cáscara que  envuelve el exterior del fruto y las semillas. Esta planta es muy popular hoy en día por sus excelentes propiedades para los problemas venosos.  Se usa aplicando compresas con la decocción de la planta durante 10 minutos sobre las zonas afectadas unas 4 o 5 veces al día. También se pueden encontrar frascos de cápsulas de la planta, de venta en farmacias y tiendas naturistas. La ingestión de estos preparados farmacéuticos ayuda a mejorar la circulación sanguínea.
El meliloto (Melilotus offficinalis). Tiene propiedades antiinflamatorias, por lo tanto contribuye a reducir la inflamación de las venas, y también es anticoagulante lo que la hace una planta ideal para evitar y eliminar coágulos en la sangre. Hay que tomar 3 tacitas al día de la infusión de las sumidades floridas de la planta, a razón de una cucharadita por 1/2 litro de agua. Dado que esta planta es peligrosa si no está bien seca, para mayor seguridad se puede adquirir en farmacias y en herboristerías, que también venden preparaciones farmacéuticas de la planta (cápsulas, tintura, etc.) para mayor seguridad.
GINKGO BILOBA
El "ginkgo (Ginkgo biloba). También llamado "árbol de oro", en China y Japón, de donde es originario, se ha usado desde tiempos milenarios para todo tipo de trastornos circulatorios. Su infusión se prepara con dos cucharadas de hojas secas y desmenuzadas de la planta por litro de agua, se deja reposar la infusión durante unos 15 minutos y se toman hasta 3 tazas al día. Dado su efecto tonificante de las paredes venosas y capacidad protectora de los capilares, también es muy útil aplicar baños y compresas con la infusión en las zonas donde exista el problema. También se puede encontrar en preparados farmaceúticos.

Fotografías originales. Autor: José Romero

EDEMA

COLA DE CABALLO
El edema es la acumulación anormal excesiva de líquidos, similares al suero, en los tejidos del cuerpo, que se representa como una hinchazón blanda en la parte afectada, que cede a la presión, debida a la serosidad infiltrada en el tejido celular. Al presionar con el dedo la piel hinchada, se forma un pequeño hoyo que lentamente se disuelve al fluir de nuevo el líquido. A veces el edema es producido por una insuficiencia cardíaca o renal. También puede deberse al efecto de la ingestión de algunos fármacos, entre ellos los corticosteroides, andrógenos y anticonceptivos orales, ya que actúan sobre el riñón favoreciendo la retención de sal. El edema generalizado, es decir, por grandes zonas del cuerpo, se conoce como hidropesía.

Hay plantas medicinales que con sus beneficiosos efectos diuréticos favorecen la eliminación de líquidos, normalmente retenidos en los tejidos. A continuación les aconsejamos algunas de ellas.
Fotografías de José Romero.
La "cola de caballo" (Equisetum arvense). Esta planta con sus propiedades diuréticas y depurativas, es excelente para aumentar el volumen de orina y eliminar los líquidos retenidos. Tomar infusiones ligeras, siempre por periodos cortos de tiempo, por precaución a algunos de sus componentes químicos. También se puede tomar en cápsulas, de venta en farmacias y tiendas naturistas.
El "abedul" ((Betula alba). Excelente cuando el edema se debe a problemas del riñón, porque además de su poder diurético, ayuda a regenerar y desinflamar los tejidos del riñón. Se utilizan las hojas, secas y desmenuzadas, en infusión, a razón de una cucharadita de la planta por 1/4 de litro de agua. Dejar reposar 40 minutos y tomar tres tacitas al día, con un poquito de zumo de limón.
La "cebolla" (Allium cepa). Además de ser un alimento muy popular, tiene propiedades diuréticas muy importantes y más si la causa del edema es de origen cardíaco. Se utiliza la cebolla, o sea, el bulbo. Se echan 500 gramos de cebolla finamente triturada en un litro de vino blanco seco y se deja macerar durante 9 días. Luego se filtra y se le añade 100 gramos de miel. Se toma a cucharadas.
La "judía" (Phaseolus vulgaris). Aquí tenemos otra planta que siendo un gran alimento tiene propiedades diuréticas increíbles. Se utilizan sus vainas secas y desmenuzadas. Hacer una decocción de una cucharada sopera de la planta por medio litro de agua, dejar hervir 15 minutos y tomar tres tacitas al día, fuera de las comidas. Esta decocción también es excelente para los diabéticos.
La "vara de oro" (Solidago virga-aurea). Excelente planta por sus propiedades diuréticas y antiinflamatorias. Aumenta la eliminación de orina y desinflama los tejidos renales, y también ayuda a disolver los cálculos del riñón. Decocción de la planta seca y desmenuzada: Poner en un litro de agua dos cucharadas de la planta y dejar hervir a fuego moderado durante una hora. Se toman hasta 3 tazas al día.