Cuando la callosidad resulta muy dolorosa pueden aliviar mucho usar algunas almohadillas especiales para cada caso, de venta en farmacias; y cuando nada nos alivia, como último recurso, hay que acudir al podólogo, para que elimine el callo con el bisturí, que nos tendrá aliviados temporalmente, porque si no se suprime la causa se formará otra vez al cabo de poco tiempo.
Existen plantas medicinales capaces de ablandar la dura piel de los callos, incluso capaces de deshacer la capa más dura que se produce en primer término, y por lo tanto calmar el sufrimiento que produce la dureza cuando caminamos. A continuación les comento las más interesantes.
La "caléndula" (Calendula officinalis). Esta planta contiene ácido salicílico, sustancia que tiene el poder de ablandar las verrugas, los callos y las durezas. Podemos usar, como loción, el jugo fresco de la planta, aplicando compresas mojadas con él en la zona de la dureza, sujetándola con una venda para que no se caiga y renovándola cada día. También podemos macerar sus flores en aceite de buena calidad hasta que las flores se pongan rojas (normalmente son amarillas), y luego filtrar y guardar en un frasco a poder ser de vidrio oscuro y tapón hermético, y luego untar con el aceite las durezas o aplicar compresas sujetas al callo para que se ablande.
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Foto de José Romero. |
Foto de José Romero |
La "higuera" (Ficus carica). Este árbol, de tan deliciosos frutos, contiene un látex blanco, que podemos comprobar cuando arrancamos alguna hoja o fruto, capaz de ablandar las durezas, untándose el callo con el látex todos los días, con mucha constancia, durante varias semanas.
Foto de José Romero |
La "hiedra" (Hedera helix). Esta planta nos puede ayudar muchísimo en los problemas que estamos tratando. Es un remedio fácil, seguro y efectivo desde el primer día. Cogeremos dos o tres hojas grandes de hiedra y las introduciremos en un recipiente con vinagre. Cuando ya hayan pasado 24 horas en remojo con el vinagre ya las podemos usar. Recortaremos de una hoja un pedazo, de tamaño similar al de la dureza, y lo aplicaremos cada noche en la parte afectada, sujetando el trozo de hiedra con una venda o algún adhesivo como el esparadrapo, para que no se caiga. Esta operación la haremos cada noche y la dureza se irá ablandando cada día un poco más hasta que la podamos arrancar. Si se nos terminan las hojas en vinagre pues ponemos otras en remojo. Lo más importante es que desde el primer día se camina con más comodidad y sin dolor, comprobado personalmente. Espero que este consejo les alivie el problema.
Foto de José Romero |