martes, 31 de julio de 2012

PIEL SECA

La piel es como un órgano protector que envuelve nuestro cuerpo, actuando como una barrera protectora de nuestros órganos internos, protegiéndolos de lesiones, de bacterias y de los rayos dañinos del sol. La piel es un órgano muy sensorial que está llena de células muy sensibles al tacto, la presión, el dolor, la temperatura y a cualquier roce o contacto externo. Desempeña una función muy importante manteniendo la temperatura corporal constante. Pero la piel también tiene que ser cuidada, pues posee una grasa protectora que puede desaparecer por sudoración excesiva y por exceso de duchas y lavados con productos químicos (champús, geles, jabones, etc.) que la mayoría de las veces son excesivamente agresivos, dejando la piel desprotegida de su grasa natural y expuesta a peligros externos que terminan causando problemas y se convierten en enfermedades, un problema muy común es la PIEL SECA.
Existen plantas medicinales con propiedades protectoras y estabilizadoras de la capa grasa de la piel, virtudes que detienen la evaporación del agua contenida en sus células y contribuye a mantener la piel más hidratada y bella. A continuación les aconsejamos el uso de algunas de ellas.
Fotografías de José Romero.

La "zanahoria" (Daucus carota). Esta planta, mejor dicho, sus raíces son muy ricas en CAROTENO (provitamina A), sustancia que a su paso por el hígado se transforma en vitamina A, esencial para mantener el buen estado de la piel y las mucosas. Su déficit en el organismo produce alteraciones en la piel como sequedad, arrugas, acné y muchas más. Su consumo le proporciona una tersura y suavidad a la piel, que ni el mejor cosmético puede igualar. La podemos consumir cruda (rallada en ensaladas está riquísima), también en jugo y hervidas. De esta última forma la podemos utilizar machacada en cataplasmas. La vitamina A de origen animal puede llegar a tener efectos tóxicos si se consume en exceso, cosa que no ocurre cuando dicha vitamina procede de la zanahoria.
La "caléndula" (Calendula officinalis). Las flores de la caléndula también contienen CAROTENOIDES (provitamina A), por lo tanto muy a tener en cuenta para el cuidado de las pieles secas o delicadas, incluso la de los niños. La caléndula suaviza e hidrata la piel, además de otras cualidades dermatológicas (para heridas, úlceras y quemaduras). Haremos una decocción con 15 o 20 flores en un litro de agua, luego con la decocción podemos aplicarnos lavados y compresas en las partes afectadas. También existen lociones de aceite de caléndula, de venta en herboristerías.
La "onagra" (Oenothera biennis). El aceite extraído de sus semillas es riquísimo en ácidos grasos esenciales. Su consumo nutre la piel, combate la sequedad y es excelente para multitud de problemas dermatológicos. Este aceite lo podemos adquirir en farmacias y tiendas naturistas en forma de cápsulas y comprimidos.

El "tilo" (Tilla europaea). De este famoso árbol utilizaremos sus flores por sus propiedades para hidratar y suavizar la piel. Tanto para tener la piel mas bella o para algún otro problema haremos una infusión con 100 gr de flores de tilo en un litro de agua. Con esta infusión empapando compresas las aplicaremos en las pieles afectadas, que mantendremos 10 minutos y las efectuaremos 3 veces al día. También podemos, con la misma infusión, aplicar baños de vapor en la piel afectada, aprovechando los vapores de la infusión. Resulta excelente para problemas de piel en la cara.

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